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Mostrando entradas de junio, 2024

Quemar las naves

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Qué importante es quemar los barcos para no volver al lugar del que salimos. La expresión "quemar los barcos", o "quemar las naves", viene de 1519, durante la conquista de México. Allí, el español Hernán Cortés tomó la decisión de destruir las naves que los habían llevado hasta ese lugar para dejar claro a sus hombres que la retirada era imposible. En este caso, en mi caso, la vuelta atrás también es imposible. Pero por puro amor propio, por dignidad, por esa autoestima tanto tiempo perdida. Los barcos de este viaje no son otra cosa que los lazos, las raíces, las conexiones que me unían a lo que me hizo daño. Cogí una cerilla, una gota de gasolina y reduje las naves a cenizas. Cenizas que, espero, no sean como las de un ave fénix, sino las de una criatura ya extinta.

loml

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Pensaba que serías la pérdida de mi vida, pero fuiste la lección de mi vida. A veces le doy vueltas a qué sería capaz de decirte si te volviera a ver. Entonces me doy cuenta de que no querría decir nada, simplemente salir de ahí. Una y otra vez.  Tú lo llamabas huir. Yo lo llamé salvarme. No se pierde lo que nunca se tuvo, dicen. Y es cierto.  Me trataste como si no valiera nada, y con el descaro de decirme que eras tú quien sufrió cuando decidí por mí. Claro que tuve la culpa. La tuve de quedarme una y otra vez, por no saber poner un límite, por no haberme ido antes. It was legendary It was momentary It was unnecessary Should've let it stay buried Oh, what a valiant roar What a bland goodbye The coward claimed he was a lion I'm combing through the braids of lies "I'll never leave" "Never mind" Our field of dreams, engulfed in fire Your arson's match your somber eyes And I'll still see it until I die You're the loss of my life Y aún así, creo...

Olvido

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Empecé a olvidarme de su cara, de sus gestos, de su voz. Aquellos ojos sobre los que tanto había escrito en otro tiempo, empezaron a perderse entre los malos recuerdos que me había dejado. Su olor, que tanto me gustaba por sentirlo tan personal, se desdibujó sin querer y desapareció sin más. Sin un aviso, sin hacer ruido. Y poco a poco, se fue desvaneciendo él también. Como si hubiera sido un mal sueño, una pesadilla de esas que te despierta en medio de la noche y te hace dudar de la realidad misma. Se fue. El tacto de la piel de sus brazos, la forma de sus manos. Todo se fue.

Encabezado y pie de página

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Hace mucho que no escribo.  Pero cada vez más, se hace latente la necesidad de ponerme en palabras, de descargar de alguna manera. Por cuarta o quinta vez, comienzo un blog con la idea de poner delante de mí y hacer leer las palabras que me dan vueltas en la cabeza y que merecen ser vistas.  Si ya leíste mi libro "Llantos de sirena", esta es la continuación natural, después de que "Maravillosos incendios" se convirtiera en el fracaso de mi vida (el intento de libro y lo que cuenta, también). Empezamos una nueva libreta, como tantas que tengo guardadas y escritas, para dar lugar a las letras que me salen de los dedos. ¿Qué escribiré? Aún no lo sé. Quizá críticas literarias, quizá reflexiones, quizá poesía, comentarios. No tengo mucho que contar, pero este es mi encabezado. Espero que llegues hasta el pie de página.