Quemar las naves
Qué importante es quemar los barcos para no volver al lugar del que salimos. La expresión "quemar los barcos", o "quemar las naves", viene de 1519, durante la conquista de México. Allí, el español Hernán Cortés tomó la decisión de destruir las naves que los habían llevado hasta ese lugar para dejar claro a sus hombres que la retirada era imposible. En este caso, en mi caso, la vuelta atrás también es imposible. Pero por puro amor propio, por dignidad, por esa autoestima tanto tiempo perdida. Los barcos de este viaje no son otra cosa que los lazos, las raíces, las conexiones que me unían a lo que me hizo daño. Cogí una cerilla, una gota de gasolina y reduje las naves a cenizas. Cenizas que, espero, no sean como las de un ave fénix, sino las de una criatura ya extinta.