Olvido
Empecé a olvidarme de su cara, de sus gestos, de su voz.
Aquellos ojos sobre los que tanto había escrito en otro tiempo, empezaron a perderse entre los malos recuerdos que me había dejado.
Su olor, que tanto me gustaba por sentirlo tan personal, se desdibujó sin querer y desapareció sin más. Sin un aviso, sin hacer ruido.
Y poco a poco, se fue desvaneciendo él también. Como si hubiera sido un mal sueño, una pesadilla de esas que te despierta en medio de la noche y te hace dudar de la realidad misma.
Se fue. El tacto de la piel de sus brazos, la forma de sus manos. Todo se fue.
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