Like ever!
Tres razones para no cogerle el teléfono.
La primera: no quiero volver a sentirme como me hizo sentir él. Como si yo fuera una fan y él una estrella. Él siendo mi todo y yo solo una más, un pasatiempo, una opción pero nunca una prioridad. Insuficiente, subordinada, obsesionada.
La segunda: cuando me eche de menos, que vaya y abrace a la persona por la que me cambió. Que, por otra parte, se merece mucho más que a alguien como él. Puede que nunca me cayera bien, pero la sororidad perdida la he recuperado para darme cuenta de que ella nunca tuvo la culpa.
Y la tercera: porque NI DE COÑA. A mí no me trancas más en una como esa. Yo merezco que me quieran en voz alta, y no a las once de la noche de un miércoles cualquiera. No soy el plan cuando está aburrido o arrepentido.
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